Palermo, no dejó de emocionarse. Todo lo que vivió en su despedida fue único y el obsequio del arco que se ubica frente a la 12, fue una gran sorpresa para el Titán.
“Es un regalo lindo, con el conviví 19 años de mi carrera, soñando y viéndolo en mi cabeza cada vez que me acuesto. Para mí es una referencia”, dijo Martín y de eso no nos quedan dudas, porque el optimista del gol metió 129 goles en casa. Muchos en "ese arco", ahora "su arco".
Las grúas alzaron el arco, que tenía una plaqueta dorada y un moño de regalo en Azul y Oro. Martín no lo podía creer: “Poder llevarme el arco de La Bombonera es algo único y que va a quedar en mi recuerdo.” Eso sí, todavía no encontró dónde ubicarlo: “Es un poquito grande para llevarlo a casa, no sé dónde lo voy a poner.”
Martín llevó la emoción a flor de piel en cada instante. La gente le demostró todo su cariño. Desde temprano empezaron a despedirlo en el hotel donde concentraba. Luego lo acompañaron en caravana hasta la cancha. Y cuándo llegó, otras miles y miles de personas, que lo esperaban en La Bombonera, se alzaron en el canto de “Palermo, Palermoooo, Palermo”. Martín no dejó de llorar.
“No esperaba todo esto. Fue demasiado cariño y afecto. No tengo palabras de agradecimiento al hincha de Boca por todo lo que me manifiesta día a día y por lo que fue el día de hoy.”
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