Boca fue mucho más que Huracán, lo goleó 3-0 en el Tomás Ducó y, además, Palermo cortó la sequía sobre el final. Fue el mejor partido del campeonato.
Sobre los cuatro minutos, una buena jugada entre Cristian Chávez y Pablo Mouche por derecha terminó con un remate del delantero que controló el arquero Gastón Monzón. Un minuto después, el “Pochi” tiró un centro para la cabeza de Martín Palermo, pero el testazo se fue apenas desviado. En el comienzo, el Xeneize era más claro en ataque.
Sin embargo, como es costumbre, cuando Huracán se decidía se veían las inseguridades de la última línea boquense, sobre todo por los costados. De la misma forma, cuando Boca atacaba encontraba facilidades por el lado derecho, donde Chávez era una opción clara para desequilibrar.
Sobre los 19 tuvo otra ocasión la formación boquense. Palermo metió el pase para Mouche, el atacante sacó un defectuoso zurdazo que sirvió de asistenia para que Chávez la empuje debajo del arco y ponga en ventaja al azul y oro.
Boca era más que Huracán. Manejaba la pelota, no pasaba sobresaltos atrás y tenía absolutamente controlado el partido. Así, con el equipo de Falcioni superior en la cancha con una buena tarea colectiva, pero especialmente del autor del gol, se terminó el primer tiempo. Pudo haber más diferencia, pero Palermo sigue sin poder cortar la racha y Monzón le tapó el remate. Pero el Xeneize volvió a ser un equipo y al término del primer tiempo ganaba merecidamente.
De arranque nomás en el complemento, cuando todavía no estaban claras las cartas para la parte final, Nicolás Colazo recibió de Mouche, se metió en el área, dejó a un defensor en el camino y definió perfecto para ampliar la distancia sobre los 35 segundos.
El 2-0 pareció traer un exceso de confianza para los dirigidos por Julio César Falcioni, que pasó algunos momentos de sosobra en los primeros diez minutos, sobre todo por remates de media distancia.
A la hora de ir, Boca continuaba apostando a las bandas por donde llevaba gran peligro. Como a los 12, cuando Mouche le tiró un centro perfecto a Palermo, pero el Titán seguía sin suerte: su golpe de cabeza dio en el travesaño.
El encuentro transcurría sin mayores novedades. La victoria de Boca estaba definida. Palermo ya había perdido otra ocasión (se la sacaron en la línea), cuando Mouche le ganó la espalda a los centrales, quedó solo frente al arquero, lo vio al nueve solo por el medio, se la dio, el Titán la empujó y la pelota, con suspenso, entró, sí entró. Festejo enloquecido de todos, jugadores, hinchas, cuerpo técnico, todos. Faltaban ocho minutos.
Boca le ganó 3-0 a Huracán, jugó su mejor partido en el torneo y sí, de yapa, el gran goleador volvió a lo suyo: el gol. La punta está a siete, pero si el equipo boquense sigue en este nivel se puede pelear.
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