Palermo sigue apagado, ya lleva 811 minutos sin goles y está cada vez más cerca de la peor racha de su carrera. El DT lo volvió a sacar. ¿Será titular ante Tigre?
La imagen ya se torna añeja, difusa, tal vez hasta algún osado se anime a pasarla en blanco y negro. ¿Cuándo fue el último grito de Palermo? Exagerado, quizá, le dirán, pero al Titán, el héroe que supo noquear todas las estadísticas, esta vez anda en la cuenta regresiva más larga de su carrera.
Otro partido más y ninguna flor. Otra tarde más y un cambio cantado. Otro domingo de bronca, de calentura, de grito atragantado. Otra vez en silencio.
El Loco lleva su procesión por dentro. No habla. No se queja. No exige. Ahora, pasó Lanús y tampoco logró convertir. Falcioni lo sacó a los 19 minutos del segundo tiempo (al igual que contra Estudiantes), él lo saludó y se refugió en el banco. ¿Empezará sentado ahí frente a Tigre o el técnico le mantendrá la confianza? El análisis futbolero, está claro, jamás se puede minimizar al reduccionismo de los números. Sin embargo, este caso ya es de diván: Palermo lleva 811 minutos sin marcar (su peor racha personal fue de 989 minutos, en Estudiantes, entre el Clausura 93 y el Clausura 94) y al almanaque se le siguen cayendo hojas: ya van 119 días sin goles. El último lo sufrió Gimnasia el 13/12/2010, en el cierre del campeonato pasado.
Ayer sólo remató una vez al arco y metió un cabezazo en una buena posición, aunque lo contrólo Marchesín. El equipo no lo asistió como necesita y él, de nuevo, volvió a ser rehén del sistema. Su escasa movilidad no ayuda al (intento) de juego asociado que (a veces) intenta proponer Boca.
Dueño de todos los récords, a Palermo le quedan diez partidos antes del adiós. Y no quiere terminar con el récord más triste...
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