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domingo, 28 de noviembre de 2010

Buscando el 300

Palermo ya le hizo 11 a Newell’s y quiere uno más para alcanzar una nueva marca histórica.

Palermo ya está acostumbrado a que le pongan nuevos desafíos estadísticos. Primero superar a Varallo, después a Cherro, también a Bianchi... Ahora, el número que tiene por delante es el 300. Porque si hoy le convierte a Newell’s, alcanzará esa cantidad de goles en su carrera, entre Estudiantes, Boca, el fútbol europeo y la Selección Argentina.

Después de jugar sólo un tiempo en la práctica de fútbol del jueves y entrenarse en forma diferenciada en la del viernes, por una sobrecarga en los gemelos, el Loco está confirmado como titular para el partido de esta tarde en Rosario. Y saldrá a la cancha para buscar su gol 300 y ayudar a Boca a seguir en racha después del triunfo ante Arsenal en el debut de Tito Pompei, en el que convirtió el gol que valió los tres puntos.

Para que la cuenta personal de Palermo llegue a 300 se cuentan los 36 que hizo en Estudiantes, 229 en Boca, 25 en España (Betis, Villarreal y Alavés) y nueve en la Selección. Los 299 fueron en 609 partidos.

A Newell’s, para acrecentar las chances de alcanzar ese número histórico, no le hizo pocos goles: lleva 11 en su carrera, el último en el 4-2 del Clausura de este año.

10 años de la hazaña

Luego de estar en un colegio de curas, a duras penas Martín Palermo logró terminar el secundario. Y salvo cómo hacer para embocarla seguido en el arco de enfrente, el 9 de Boca no estudió nada más. Mal no le hubiese venido pasar por la Facultad de Ciencias Económicas o pispear alguna carrera relacionada con los números y la matemática. Al cabo, Palermo se la pasa sacando cuentas. Hoy, justo ante Newell’s acá en Rosario, el goleador histórico de Boca tiene dos caminos...

Uno es el de vivir de recuerdos : ponerse melancólico, mirar el espejito retrovisor y descubrir que hace diez años, un día como hoy le convertía dos goles al Real Madrid en la Intercontinental. Fue el 28 de noviembre de 2000 en Japón cuando metió dos goles en cinco minutos para que Boca le ganara 2-1 al poderoso Real de Roberto Carlos, Figo y compañía.

“Fueron los goles más importantes que hice en Boca y aún me dan ganas de gritarlos. Fueron los que me abrieron las puertas de Europa, los que todos me los recordaban cuando jugué en España y los que me hicieron conocido en el mundo”, le dice a Clarín , emocionado y sin ningún ánimo de agrandarse.

“Cómo pasa el tiempo, ¿no?”, susurra, como incrédulo. Dice que vio mil veces en la tele ese pase del Chelo Delgado al que sólo tuvo que empujar y ese pelotazo genial de Riquelme que, luego de ganarle a Geremi en velocidad y potencia, definió de zurda ante Casillas. “Recuerdo cada uno de los goles que hice en Boca, pero ninguno tuvo el significado de esos dos”.

Otra mirada posible, más actual y esperanzadora, es calcular que, con un gol más, alcanzará los 300 en su carrera profesional : tiene 299 goles en 602 partidos. Sabe mejor que nadie que se lo viene cuestionando porque, a los 37 años, ya no es el de antes. Tal vez no sea tan eficaz y ya se mueva a velocidad crucero, pero el optimismo es el de siempre: grande y alto como él. “Ese segundo gol al Real no sé si hoy podría hacerlo”, reconoce, con picardía, quien hace 10 años fuera elegido por Toyota como la figura y se trajera de Tokio la camiseta de Fernando Morientes.

Pero, más allá del paso del tiempo, ¿hay algo más que lo lleve a pensar que ante Newell’s, si las molestias en sus gemelos se lo permiten, Palermo pueda gritar el gol 300? Sí: el destino. ¿Qué otro gran goleador argentino llegó hace no tanto tiempo al festejo número 300? El Beto Acosta, el 6 de diciembre de 2003, cuando se retiró ante Vélez y marcó de penal el cuarto gol de San Lorenzo. ¿A qué arquero se lo metió luego de que Angel Sánchez colaborara con un penal? Al entonces arquero de Vélez, Sebastián Peratta...

Martín, ¿te dice algo que Peratta sea el arquero de Newell’s? Algo recuerdo de aquel gol 300 del Beto en su despedida, pero no sabía que se lo había hecho a Peratta. Mirá lo que son las casualidades, ¿no? Ojalá se repita la historia, no por Peratta, que hará lo imposible para defender su arco. Igual, si no es esta vez, seguiré luchando para conseguirlo, más que nada por el bien de Boca.

A diez años del doblete al Real Madrid y a un gol del 300, Palermo recuerda que a Casillas se lo cruzó luego en su paso por el fútbol español. “Me quedé con ganas de enfrentarlo de nuevo en el Mundial”, se lamenta. La diferencia con Acosta es que Palermo, a no ser que llegue a Boca un DT que no lo quiera, se retirará en junio de 2011 y tendrá varias chances más de marcar el gol 300 e, incluso, de seguir tumbando muñecos en la lista del top ten de los goleadores históricos del fútbol local: tiene 220 y con 7 alcanza a José Sanfilippo en el quinto puesto entre los máximos goleadores.

“Ojalá pueda. Y que esos goles le sirvan de mucho a Boca”, cierra el Titán , un pedazo grande de historia que va por más.

Compifotos












a diez años de los dos goles de Martin


El Boca de Carlos Bianchi, hace hoy diez años, vencía 2-1 al Real Madrid en Tokio con dos goles de Martín Palermo y lograba la consagración mundial de un equipo formidable.

La primera vez, en mucho tiempo, que Boca volvía a llegar al piso más alto de la gloria. Dos décadas después de aquellas hazañas del Toto Lorenzo, el Boca de Bianchi estaba en la misma, en una final del mundo. Y algunos de nosotros, testigos de lujo de ese instante en cada minuto de esa larga previa japonesa. Testigos de la simpleza en el momento más complejo. El Virrey se llevaba la marca; el juego estaba a sus costados. Había que saber el equipo. El Pepe Basualdo había susurrado, todavía en Buenos Aires, un “no me dejen afuera”, cuando su suplencia era una constante en el torneo local pero su peso era de oro en esos cruces definitorios.

En el segundo entrenamiento se corrió el rumor y un guiño positivo de algún calvo allegado a don Carlos nos impulsó a asegurar que Boca presentaría “Un equipo taponés”, como tituló Olé aquel día en honor al perfil combativo de los tres que formarían la línea media: Battaglia, Serna y Traverso. Con Matellán de 6 y Fagiani de 3. Sin el Pepe. Mmm… Pero dos días antes del juego, en la cancha de Tama, Mate trota en la pista de atletismo con el doctor Batista, el Pepe va de volante, Traverso de central y Fagiani al lateral. Se confirmaba lo de Basualdo, pero se sospechaba de lo del otro Samuel, más conocido como Aníbal. Había, entonces, que confirmar ese tema. Desde la redacción, con 12 horas de diferencia, los oídos de los editores sólo querían escuchar a los 11 de verdad, ya era la tapa del anuncio del partido y lo del equipo “taponés” ya no corría. Hubo entonces que jugar la última ficha, revertir el pifie, alejarse del grupete de colegas y buscar en la mirada de Batista la respuesta a ese dudoso trote de Matellán. “¿Y? ¿Le pasa algo?”, fue la consulta que con juego de señas se le hizo al doc. Y sutil, luego de un par de eternas y lentas vueltas sin respuestas, el Checho levantó el pulgar derecho. Mate juega, aunque ese día no se había entrenado casi nada. Fagiani ya sabía que no iba a estar por una charla mano a mano con el propio Virrey que los marcaría para siempre. Y Mate jugó, y la rompió y borró al galáctico de Figo. Así era el Virrey. Nos hacía jugar a todos.


Hoy festejamos uno de las dos alegrias qe nos distes en Boca.... gracias a esos dos goles nosotros ganamos la Copa Intercontinental.... Martin no tengo palabras ya para describirte o expresar lo qe siento... sos unico....

sábado, 27 de noviembre de 2010

FOTIS












Idolos rumbo a estatuas

Qué hincha no aplaudió a rabiar un quite de Battaglia, no deleitó sus ojos con un toque magistral de Riquelme o no se rasgó las cuerdas vocales ante un gol de Palermo? Ovacionados en el inicio de cada partido e idolatrados por siempre, el problema es que ya parecen más cerca de la estatua que de la solución. El 5 tiene cuerda pero ya no equilibra como antes, el 10 juega cada muerte de obispo y los festejos del 9 ya no aparecen tan seguido. Guste o no, ellos son los únicos vestigios que quedan de aquellos Boca exitosos de Bianchi, Basile o Russo. Pero ya no son lo que eran, ni se toleran como se toleraban ni pueden solucionarlo todo. A mitad de año, Boca gastó en renovarles sus contratos 12 millones de dólares pensando en todo lo bueno que supieron hacer antes de esta era de la TV en HD. Battaglia, operado, es diferente y no encuentra al socio ideal. Riquelme es distinto pero vive de ausencia en ausencia: volvió ante Argentinos tras 6 meses, fue lesionado a River y tal vez no pueda jugar en lo que queda del torneo. Palermo, sin el Mellizo, sin Palacio y con 37 años, ya no mete tanto miedo en el área. ¿Existirá el DT que pruebe explicarles que todo tiempo pasado fue mejor y que se anime a discutirles en la cara su condición de “indiscutibles”?

"No firmo que me retiro en Junio"

Revive los goles en la Intercontinental 2000 y le pone suspenso al final de su carrera. Claro: siempre sueña con más. Optimista. Insaciable. Titánico. Loco.

-¿Sabés dónde estabas hace diez años?

-Me lo hicieron recordar estos días los hinchas, mis amigos... Pasaron diez años de la Intercontinental, de mis dos goles al Real Madrid... Es algo que no voy a olvidar más y siempre va a ser recordado por todos.

-¿Te guardaste algo de esa final del mundo? -Tengo la camiseta de Morientes, que es algo muy valioso para mí. En su momento la perdí y luego la recuperé. También tengo la medalla, diarios de Japón.

-¿Cómo podés perder una camiseta? -En una mudanza, no sé si me la robaron o qué. Pero cayó en manos de un hincha de Boca, yo en una nota dije que la había perdido y se contactaron conmigo para decirme que la habían encontrado. Me pareció raro, no le pregunté cómo le había llegado a las manos, pero vino el pibe, me la dio y yo le regalé mi camiseta de Boca.

-Cuando jugabas en España, ¿te recordaban esos dos goles? -Mucha gente. La del Madrid me decía: “Vos nos hiciste dos goles”. Y la del Barcelona me felicitaba: “¡Qué bueno los goles que le hiciste al Madrid!”. Después, también jugué contra el Madrid con el Villarreal y siempre era el recuerdo de ese partido en Japón. Los medios se enfocaban en eso, en mis goles.

-¿Aquel Real Madrid es comparable con éste? -Sí, siempre tiene a las mejores figuras. Era el Dream Team del momento, con Roberto Carlos, Guti, Raúl, Figo, Makelele, todos muy reconocidos. Y nosotros, con el convencimiento que teníamos de conseguir lo que queríamos, le terminamos ganando.

-¿Con ese Boca te le animabas a cualquiera? -Sí, a cualquiera. Respetando a los rivales. Pero no teníamos miedo de enfrentar a nadie. Era un equipo con capacidad de enfrentar lo difícil y hacerlo fácil. Ante la adversidad, se superaba y revertía el resultado. Cualquier mal momento que el equipo pudiera sufrir, tenías la tranquilidad de que lo podía revertir.

-Si te comparás con ese jugador de hace diez años, ¿en qué ganaste y en qué perdiste? -Seguramente en lo físico vas perdiendo con los años. No digo que soy rápido ni nunca lo fui, pero hoy me cuesta más sacar ventaja. En aquel momento, recuerdo que en el segundo gol, hice un pique con Geremi y le gané por velocidad y potencia. Si hoy me tirás ese pase largo, no lo corro, o corro y no creo que le pueda ganar. Hoy son más las mañas, sacar ventaja con lo que aprendí con el tiempo. Voy sintiendo los cambios físicos en muchos aspectos. Pero utilizo la experiencia.

-Fallás menos goles...

-Trato de no hacer grandes desgastes como antes y sí estar preparado para la situación que me quede, estar con resto, aprovecharla, estar con fuerza para ir al choque con un defensor, ganarle de arriba. Trato de hacer eso, medir el esfuerzo para sacar ventaja en el momento justo.

-¿En qué más se sienten los 37 años? -En el día después de los partidos. Me cuesta más arrancar la semana, la exigencia de los entrenamientos. Las últimas pretemporadas ya las sufrí más en lo físico, en los dolores, cuando antes me recuperaba y al otro día podía hacer el trabajo sin molestias. También uno tiene que regular para no llegar a una lesión, porque cuesta más recuperarse y volver a estar como antes del problema.

-Después de los entrenamientos, te vas último del club. ¿Te cuidás más que el resto? -Sí, más en esta instancia. Tienen que estar todos esos cuidados de ir al gimnasio, fortalecerme, masajearme, tratarme con los kinesiólogos ante cualquier cosita para no sentir nada al otro día, para estar todos los domingos con la exigencia necesaria.

-¿Qué te falta conseguir en tu carrera? -No hay nada puntual. Conseguí todo. Campeonatos locales, internacionales. Pero quiero más. No me conformo con lo que logré. Cada vez que hay algo por jugar, el inicio de un campeonato, lo quiero jugar y ganar. Son desafíos que te ponés en lo individual y grupal. Ganar un campeonato, salir goleador, las mismas sensaciones que tengo desde que empecé. Sintiendo eso, me da como para seguir adelante.

-¿Qué desafío te propusiste de ahora en más? -En este año de contrato, además de cumplirlo, poder entrar a la Copa Libertadores del año que viene. Eso fue... No una frustración, pero ése era mi deseo. No se dio y ahora hay que apuntar al campeonato, ganarlo y retirarme con un título más. Ese sería un buen cierre. No se dio en junio pasado, porque si veníamos de Sudáfrica con la Copa me hubiera retirado.

-¿Dejabas si ganaban el Mundial? -Era una buena posibilidad. O haber jugado seis meses y retirarme en diciembre. Pero apunté a un año más y es lo que deseo.

-Sólo por el gol no te ibas a retirar...

-No, más allá de todo lo que significó, todo lo que me marcó ese gol y volver a estar con la camiseta de la Selección, siempre te queda un sabor amargo cuando no lográs el objetivo que te propusiste y entonces vas en busca de algo más. En este año de contrato, me propuse conseguir algo. Esa es la idea. Si no, igualmente, me voy a ir con la tranquilidad de que Boca me dio todo y yo traté de darle lo máximo.

-¿No hay ni una deuda o frustración? -Nada. Jugar un Mundial lo pude cumplir. No hay torneo que me haya quedado sin ganar y eso me da la posibilidad de decir que cumplí con todos los objetivos: salí goleador, hice goles importantes en finales de todo tipo... Me voy con la conciencia tranquila.

-¿Por qué pensás que te tocaron vivir tantas hazañas y tragedias? -Es parte de la condición de uno, de la vida. En todo lo que uno hace hay cosas buenas y malas. Pero eso te hace fortalecerte, superarte. En esos momentos duros, de adversidad, crecés. Cuando hay muchos que ante eso, quedan en el camino. La vida te pone a prueba. En la profesión, a cada momento hay pruebas, quieras o no, más o menos... Desde un abogado a un periodista, un maestro o un futbolista, todos tenemos pruebas que tenemos que pasar para superarnos y tratar de tomar el camino que queremos. Siempre hay que tratar de cumplir todo lo que deseás para no sentirte frustrado.

-¿Y cuál es tu mayor satisfacción, entre tantos títulos y goles? -Mi hijo. Verme reflejado en él. Ir a verlo jugar y verme yo en mis comienzos. Es una satisfacción, una emoción muy grande que haya elegido el mismo camino sin haberlo presionado.

-Entre tantos goles, ¿cuál elegís? -Los dos más importantes son los del Real Madrid. Y como lindos, el de Independiente de mitad de cancha, el de cabeza a Vélez, el de la vuelta después de la lesión con River... Otro lindo fue el tercero a Atlas por la Copa 08, en el que la piqué... Siempre hubo goles que en algún momento me marcaron por algo. Algunos se recuerdan más que otros, pero para mí haber hecho 229 goles con la camiseta de Boca es algo impensando. Era inimaginable que iba a quedar en la historia como el máximo goleador.

-¿Qué imaginabas cuando llegaste en 1997? -Mucho menos. Esto es una rueda, con muchas ideas y venidas. En 1999 sufrí la primera lesión, pero antes me podría haber ido a la Lazio y no se dio. Me quedé, me recuperé y viví todo lo que viví, gané una Libertadores y la final con el Real. Después me fui a Europa, allá me lesioné y me costó mucho superarlo, por estar afuera. El regreso a la Argentina y a Boca fue la mejor decisión que tomé. Del 2005 a hoy, son cinco años con muchas cosas. Entre la primera etapa y segunda etapa, no hago comparación, son completamente diferentes y con muchos logros.

-¿Con qué compañeros te quedás de todos los que tuviste en Boca? -Siempre remarco a Guille, por la enemistad que había desde mucho tiempo antes de venir a Boca y luego haber llegado a esta amistad impensada. Después, hice amistades con muchísimos más, como el Pato, Cagna, Schiavi, Migliore...

-¿Y los rivales?

-No hice amigos rivales, no tengo relaciones fluidas. Pero siempre que me crucé en algún lado hubo buena onda. Con los de River, de Gimnasia...

-¿Sentís que te admiran también los rivales?
-No sé si hay admiración, sí respeto, de los jugadores e hinchas rivales, de los árbitros. Yo valoro mucho, en el final de mi carrera, más allá de los títulos y los récords, haber logrado todo ese respeto.

-¿Te putean menos que hace diez años?
-Sí. Existe rivalidad de Boca con todos, es un club al que no quiere nadie y a cualquier cancha que vas, los hinchas te putean, pero se fue revirtiendo y en la calle siento que me respetan. Eso me moviliza.

-¿Qué es lo bueno y lo malo de ser Palermo?
-Yo convivo con lo bueno y lo malo, con ser quien soy. A favor, es lo lindo de tener ese reconocimiento, cariño, apoyo, respeto, que la gente venga y me diga: "Me hiciste llorar con ese gol en el Mundial" o "Más allá que seas de Boca, te admiramos". Y lo malo, no siento que ser quien soy genere algo malo. No vivo rezongando por el reconocimiento del día a día.

-¿Hay lugares donde no te reconocieron? En algunas vacaciones...

-Siempre alguno me reconoce. Vas a un hotel afuera y hay uno que trabaja en el hotel, habla español, sabe de fútbol... Pero eso es también lo lindo que me dio el fútbol, ese reconocimiento en todas partes.

-Si fueras presidente por un día, ¿qué harías?
-La política no me gusta.

Pero lo principal es tratar de encaminar a los chicos, con la educación, con las necesidades básicas. Si uno proyecta a partir de los más chicos, el día de mañana las personas se encaminarán para lograr tener un país como uno quiere. Esos chicos van a ser grandes y todos vamos a estar mejor.

-Muchos chicos quieren ser como vos, ¿vos quién querías ser?
-Cuando iba a ver a Estudiantes, admiraba a Luis Islas. Yo era alcanzapelotas, me gustaba estar cerca de los jugadores, relacionarme, sacarme una foto.

Después, empecé a darme cuenta de lo que significaba Diego para el mundo, empecé a ver a jugadores en mi posición, como Batistuta, el Beto Acosta, Gareca... Y ya siendo profesional, a jugadores de Europa como Zamorano en el Real, Van Basten en el Milan, me veo reflejado en Raúl, Inzagui, Henry, Ronaldo, Romario. Jugadores que admiro por el mismo puesto, aunque no tenga las mismas características...

-¿Sos de engancharte a mirar un programa especial con tus goles?
-Sí.

-¿Y qué te sorprende?
-Nada me sorprende. A veces los veo, miro los que hice en Estudiantes y en Boca, y nada me sorprende. Vivo del gol, el gol es parte de mí. Sí me genera muchas sensaciones por dentro verme haciendo goles. Los veo y recuerdo todos, del primero al último.

No hay uno que diga: "Uh, de ése no me acordaba".

-¿Es posible para Boca repetir lo de los últimos 10 ó 12 años?
-No lo sé, es empezar de nuevo un proyecto, es generar lo que se generó a partir de la llegada de Carlos (Bianchi), es la elección de jugadores, la formación de un grupo, que haya 11 titulares más un banco de selección. Vos formás un equipo de selección y te va a dar resultados. Seguro.

-¿Y hoy en qué lugar están de ese proyecto?
-No podemos pedir todo eso ya mismo. Pero, tranquilamente, un club como Boca lo puede llegar a lograr de nuevo.

-¿Te gustaría volver a vivir eso como técnico?
-Sí, pero no pienso en eso ahora, sino en empezar de abajo. Pedir eso de entrada sería mucho. Yo quiero ser técnico, pero decir que quiero dirigir una final como ésa, no. Primero tengo que hacer experiencia.

La conducción de un grupo no es fácil y llegar a instancias como ésas... Con el tiempo, mi ilusión sí es ser el técnico de Boca, pero no quiero apresurarme.

-¿No se mueve esa fecha de retiro?
-Tendría que pasar algo importante, algo que modifique mi forma de pensar sobre lo que ya tengo planificado.

-Hace algunas semanas se dijo que podías dejar en diciembre...

-No, no es la idea. Lo hubiera planteado antes de firmar el contrato. Ahora, pase lo que pase, voy a cumplir el año.

-¿Y Estudiantes?
-No, ya tomé la decisión de retirarme acá. Sí, algún día, me gustaría dirigirlo.

-¿Podés firmar que te retirás en junio?
-No, no puedo firmarlo.

Pero es más sí que no.

Cuando yo me decido por algo, tiene que ser así.

-¿Venís manejando bien el retiro?
-Hoy lo digo muy abiertamente. El tema es cuando se acerque más la fecha, falte un mes o una semana, llegue el último partido y vea lo que me genera.

Hoy digo todo así, con facilidad, pero cuando llegue el momento va a ser fuerte.

Tal vez no me afecte por el convencimiento que tengo hoy, tal vez sí.

-¿Te vas satisfecho del fútbol? ¿No falta nada?
-No tengo nada pendiente, algo que diga: "Quiero que pase esto". El fútbol me dio todo, reprocharle algo al fútbol sería injusto. Lo que me dio, lo que pasé, viví, buenas y malas, no todos lo tienen. En el fútbol son muy pocos los elegidos, los que pueden hacer una carrera como la mía.

No me falta nada.

viernes, 26 de noviembre de 2010