Martin el unico qe se banca estar afuera y sin caras...

El título de esta columna no es una ironía. Lo que hizo ayer Martín Palermo fue un acto de nobleza que merece ser destacado. No hizo ni más ni menos que respetar con hechos lo que había planteado con sus palabras: el equipo está por encima de todos. Por eso, sin mala cara, con saludos para Viatri y para el entrenador, sobre todo al final del partido, el último histórico que venía invicto con Falcioni se bancó como un señor ser reemplazado bastante antes del final. Impotente por la falta de abastecimiento, errático por sus propias fallas en las poquísimas que tuvo, al goleador no le quedó otra que sentir sus nalgas en los sillones del banco de suplentes. El técnico, además de acertar, con su elección también fue consecuente con sus palabras. Y aunque no lo necesitara, el gesto de Palermo le dio aire a Falcioni como para que tome, sin temor a represalias mediáticas, la decisión más difícil...