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Makita9H

domingo, 13 de marzo de 2011

532 minutos sin un grito de gol

Esta vez, Palermo fue el responsable de su sequía, que ya lleva 532 minutos. Y no le cobraron un penal.

De espaldas, de costado, de frente. De arriba y de abajo. Insiste y no le alcanza. Y termina, literalmente, en bolas, con el short en las rodillas. Desnudo de gol aunque cargado de intenciones. Esta vez Palermo no podrá hablar de la pelota sin asumir que estuvo diez veces en el área sin poder meterla. Una, si, se la sacó bien Migliore. Otra, además, fue un penal que Lunati decidió dejar pasar. Y una más, de las pocas que pisó el área chica, fue mano propia (¿involuntaria y casual?) que podría haber sido doble amarilla... El resto fue su responsabilidad que no haya terminado en grito propio.

Tampoco fue uno de esos partidos en los que el nueve colaboró pivoteando por afuera. Impreciso, se tropezó con el balón en cada intento de tocársela a un compañero. Se movió, sobre todo en tres cuartos de cancha, en la búsqueda de un lugar que no encontró. Incómodo, y contagiado quizá por el desconcierto general, no fue claro ni cuando logró que Botinelli lo soltara por un rato (lo persiguió cada vez que ingresó al área). El único acierto como asistidor fue un pase a Mouche, que, en offside, terminó rematando por arriba.

En el área, bien marcado, fue el faro de siempre, pero con la luz apagada. A los diez, Mouche (el que más lo buscó) ya le había tirado el primer centro, que Migliore atrapó sin problemas. A los 30, le tocó a Monzón, pero Botinelli lo complicó y la pelota se fue desviada, algo que se repitió dos veces más en el segundo tiempo. También lo buscó Cellay. Y ya casi en el final y con el partido 0-1 tuvo dos más, las dos más peligrosas, ambas de cabeza, tras sendos centros de Mouche. Una que se fue cerca y la otra se la sacó bien Migliore, un cabezazo abajo y forzado por la presencia del recién ingresado Palomino. Minutos antes, su amigo Pablo le había dejado servida una pelota que se le escurrió de las manos y que, cuando el 9 se lanzó a empujarla, el arquero lo tomó de atrás cometiendo un penal que Lunati no cobró.

No hubo más tiempo y no hubo más fútbol. Palermo, que suma 532 minutos (desde el último, a los 4 minutos del partido ante Gimnasia, en la última del Clausura y estas cinco fechas) sin un grito que, si ayer no se le dio, fue por su propia responsabilidad.

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