cambios y fuera

El tacazo de Palermo fue opacado por el 1-1 final. Falcioni sacó al 9 y después a Riquelme y enseguida le empató Independiente, que como Boca (ganó sólo un partido en casa) ya está lejos de la pelea. ¿Estuvo bien el técnico?

Pintaba para noche de fiesta, con ese taco memorable de Palermo. Con un Boca que merecía ponerse arriba y se puso arriba, nomás, con el gol del 9, a quien sólo le quedan tres partidos con la azul y oro en la Bombonera. Pero fue sólo una ilusión porque Boca se tiró atrás, porque regaló la pelota, porque Independiente lo acorraló y se lo empató. Y entonces el equipo de Falcioni ya ni soñar puede con el título, a nueve del líder Vélez y bajando mucho su nivel de un tiempo a otro. Y entonces el que se fue conforme, satisfecho por la levantada, fue el Rojo de Mohamed.

Entre ese principio prometedor y ese final con olor a derrota, otra vez en la Bombonera, donde sólo ganó un partido en el torneo, hubo dos decisiones fuertes de Falcioni: primero sacó a Palermo (un abonado a salir en este ciclo, entrando Viatri) y después a Riquelme, metiendo a un Erviti que sigue sin engancharse. Cuatro minutos después llegó el bombazo de Villafáñez. "En el segundo tiempo no pudimos ser agresivos, perdimos el manejo, el control, por eso tenés que retroceder y achicar líneas. Por eso puse gente de repuesto para salir más rápido y tapar las bandas", explicó Falcioni, golpeado. Y agregó: "Pensé que teníamos que cerrarles los espacios porque ellos manejaban la pelota. Nos complicaban mucho, entonces necesitábamos un hombre más en el medio para contener a Independiente. No se logró: siguieron manejando la pelota. Palermo hizo un gran esfuerzo. Me pareció correcto tomar ese tipo de decisiones".

Está claro que la apuesta de sacar al 9 y al 10 no le salió bien al entrenador. En una medida poco habitual, ya que los dos juntos habían sido sacados por Alves contra Argentinos, pero recién en los últimos minutos: ganaba y le empataron 2-2. Ahora, los dos históricos vieron de afuera cómo le igualaron y cómo apretaron al equipo en el final. A un Boca irregular, que se levanta y se cae a cada rato