Este sábado, Boca inaugurará una escuela de fútbol en San Pablo, la séptima en toda América. Furor.
La idea les daba vueltas desde hace tiempo. ¿Cómo hacer que Boca traspase las fronteras más allá de su equipo de Primera? La respuesta, desde hace un año, la dieron las escuelitas de fútbol. Ya hay seis en funcionamiento y, este sábado, se inaugurará la séptima, nada menos que en San Pablo. Como lo hizo en otros países, Boca quiere copar las grandes ciudades futboleras y, en este caso, robarle un poco de terreno al Corinthians, Palmeiras, Santos y, por supuesto, San Pablo.
¿Cómo funcionan las escuelas? Boca vende la franquicia, capacita a los profes y, a los chicos, los premia con viajes a Buenos Aires para conocer el club. Eso sí, sólo lo consiguen quienes tienen los mejores promedios en la escuela, pero no de fútbol. “El objetivo no es buscar jugadores fuera del país. La primera meta es consolidar la imagen de Boca en el exterior”, explica Andrés Lillini, uno de los encargados de todo el armado de las franquicias acá y allá. De hecho, por cuestiones legales de la FIFA, ni Boca ni otros equipos podrían traerse jugadores menores de 18. Aunque, de haber uno muy bueno, se harán los trámites necesarios...
Ya hay escuelas funcionando en Lima, Santa Cruz de la Sierra, Bogotá, Guayaquil, Santiago de Chile, Miami, y ahora, habrá en San Pablo. Hay proyectos en El Salvador y Corea. Los mismos colores, el mismo escudo, el merchandising oficial y miles de pibes que sueñan con ponerse la azul y oro. Donde sea.
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