Las palabras no alcanzan a describir todo lo que siento por vos. Y cualquier cosa que diga sé que no es suficiente. Pero voy a hacer un esfuerzo…
Un día sin pensarlo y sin intención alguna llegaste a mi vida. Y cómo olvidarme de ese momento. Tal vez sin darme cuenta a la primera vez, tal vez sin creerlo posible, te fuiste metiendo en mi vida más y más… Hoy que no estás acá, veo claramente lo mucho que te amo y lo tanto que te extraño y necesito. No creo que las cosas sucedan porque sí, no. Por algo apareciste y me cambiaste por completo. Con esa sonrisa angelical, con esa mirada profunda y con tu hermosa manera de ser… Rodrigo, desde que te vi por primera vez hace tantos años te sigo dónde vas, aunque sé que nunca te voy a alcanzar, porque estas tan lejos de mí. Igual trato de ser fuerte y seguir para delante; soñándote, imaginándote, amándote.
Es difícil verte allá, es difícil no verte acá. Pero cada día que pasa hago la cuenta regresiva. Sí. Porque sé que pronto vas a volver, y ese día quiero estar ahí. Ese día voy a estar ahí. Con una sonrisa, con una alegría inmensa esperándote.
Tal vez los deseos de mi corazón no vayan con lo que quieras para vos, para tu carrera, pero soy un ser humano y los humanos somos egoístas. No puedo mentir, vos sos el amor de mi vida, y te quiero más que a nada en este mundo. Por eso te quiero ver acá. Sería muy delirante decirte ‘acá conmigo’, aunque en lo más remoto de mi corazón esa idea, ese deseo esté. Si volvieras HOY no te imaginas qué felicidad me provocarías. Mi Joya hermosa, sé que las posibilidades de que leas esto o todas las cosas que escribí para vos son ni una en un millón, pero me hace bien, porque me puedo desahogar de este dolor que me produce tu ausencia.
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