Martiiiin...

¿Puede ser que una persona pueda transmitir tantas sensaciones positivas al resto de los seres que la rodean? La verdad que extraño mucho los días de cancha al lado tuyo, gritando los primeros goles de Martín con mis tan poquitos años de vida, pero cada vez estoy más feliz de que haya una persona que me pueda brindar la misma felicidad y la misma sensación que cuando estábamos juntos físicamente, porque no te olvides que en mi vida, en mi alma, vas a estar por siempre, y que no vas a ser jamás reemplazado por ninguna persona...pero, papá, Martín me hace felíz. Martín me hace creer que tengo que creer, no solamente en mí sino en todos mis deseos. Martín me hace acordar a cada día en que tenía que pasar por alguna dificultad y terminaba saliendo adelante con más fuerza como si nunca hubiese pasado nada. Martín me hace reír con el alma alegre y gracioso con el que encara su vida. Martín me hace pensar que no existo solamente yo en el mundo y que las demás personas también necesitan de mí para ser felices, me hace pensar que ser solidario es la característica más importante que puede demostrar uno en la vida. Me hace notar y me incentiva a encarar nuevos proyectos para colaborar con la felicidad del prójimo. Martín me enseña que soñar es lo más fuerte que le puede pasar a una persona, pero cumplir con ese sueño es lo más reconfortable. Martín me demuestra que todo lo que hago, tengo que encarar con profesionalismo, respetando siempre al que está al lado, y demostrando el coraje y la valentía con la que estoy encarando lo que comencé, para demostrar a todos que en la vida todo se cumple, sólo depende de la voluntad de cada uno.