Mientras se define lo de Riquelme, Borghi se juntó con Palermo. Ayer charlaron durante 30 minutos después de la práctica. “Lo quería conocer”, dijo el técnico.
Aun en medio de la oscuridad, a Palermo se le hizo la luz.
La cancha número tres de Casa Amarilla ofició de búnker. De un lado, el máximo goleador de la historia de Boca. Del otro, el flamante técnico que esperaba conocer al ídolo. En el medio, una charla entre gigantes. 30 minutos para hablar, ponerse en sintonía y comenzar una nueva relación.
Mientras espera por Riquelme, Borghi conoció a Palermo. Ayer fue la primera vez que trabajaron juntos. El Titán, que renovó el martes y comenzó a entrenarse el miércoles de la semana pasada, cumplió con la rutina al igual que el resto de los jugadores que fueron al club (gimnasio y ejercicios físicos) y luego de la práctica se quedó charlando con Bichi.
Sin testigos, mientras la noche le ganaba al día, Martín pudo cruzar sus primeras palabras con su nuevo entrenador, tal vez el último de su carrera. Se imponía una conversación a solas, sobre todo teniendo en cuenta que nunca habían hablado y que Borghi es un técnico que le suele dar un valor importante a la palabra. De hecho, Bichi reconoció que “quería charlar con él, no nos conocíamos y es una forma de empezar a conocernos”. El técnico considera que Martín es un futbolista que le asegura una cantidad de goles fundamentales en la estructura del equipo. Por eso, se descuenta que arrancará de titular el campeonato, seguramente acompañado por Lucas Viatri.
Después de la charla, Palermo se metió en el vestuario, se duchó y se fue. Borghi, en cambio, agarró el carrito de las bebidas y lo trasladó unos metros hasta el final de la cancha como si fuera un utilero más.
De esta manera, Bichi tuvo su primer encuentro con uno de los principales referentes del plantel. Hoy será el día en que se junte el grupo completo (ver aparte).
Así, el que sigue esperando es Román. ¿Habrá un segundo encuentro?
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