Olé recorrió Pretoria para ver si conocían al Loco. Los sudafricanos, agua. Pero los ingleses lo tienen junado.
Acá, de este lado del Atlántico, no es como allá... No está en todas las tapas, no aparece desde la pantalla de un plasma ni hace un gol de edificio a edificio. Acá, las caras son otras: Messi, Cristiano Ronaldo, Kaká, Robinho, Pienaar, por nombrar a algún sudafricano. Sí, Martín Palermo, el hombre del día en la Argentina, podría caminar tan tranquilo por la Church Street, en el corazón de Pretoria, como Fourie du Preez, el medio scrum estrella de los Vodacom Bulls, el equipo de rugby de la ciudad, podría hacerlo por la calle Florida. El día después del Palermazo en Sudáfrica, del conmovedor derechazo que se hizo historia para el 2-0 a Grecia, Olé salió a recorrer las calles para conocer si la gente de aquí sabe quién es ese rubio alto que llenó de alegría a 40 millones de argentinos.
"Mertin Pelerm", contesta uno de los policías que custodian la entrada del HPC, la concentración de la Selección. Aunque la fonética no es la mejor, el oficial aprueba. Pero sus cinco compañeros, no. Puestos a ver la tapa de Olé, obvio, todos saben quién es Maradona, pero uno de cinco apenas conoce al jugador que lo está abrazando (y a quien cuidan día y noche con celo extremo). El agente conocedor acepta posar para la foto, pero nada de nombres, por motivos entendibles. Ahí, entonces, resguarda la tapa como souvenir y también el anonimato...
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