Boca buscaba seguir ganando para no perderle pisada al Clausura. Siempre las visitas a la cancha de Newell´s son complicadas, pero el Xeneize quería imponerse en un momento clave. Nada sería fácil esa noche. Bianchi puso en la cancha a Roberto Abbondanzieri; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Walter Samuel, Rodolfo Arruabarrena; José Basualdo, Mauricio Serna, Diego Cagna; Juan Román Riquelme; Guille Barros Schelotto y Martín Palermo. Ese equipo todavía se repite de memoria.
Como mencionamos anteriormente, el trámite fue muy complejo. Boca no podía con su rival y cerca del final, las cosas permanecían como al comienzo, 0 a 0. A los 83 minutos de juego, Guille habilitó a Cagna, que metió un centro frontal, de esos que habitualmente no llevan peligro. Sin embargo con Martín, todo tiene su riesgo. Desde el punto del penal cabeceó de espaldas al arco, eludiendo la resistencia del arquero rival. En aquel entonces, el “Loco” tenía bien ganado su apodo y los festejos daban que hablar. El árbitro Hiracio Elizondo consideró que la alegría del gol fue desmedida y lo expulsó del terreno de juego. Boca aguantó el resultado y se quedó con una victoria que más adelante valdría mucho.
El domingo, el “Titán” estará nuevamente entre los once de Pompei, buscando marcar una vez más. El sábado la delegación parte por la tarde, aguardando un choque importante en la próxima fecha del fútbol argentino.
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